Javier Milei, candidato con posturas liberales, ha sorprendido y generado debate en el escenario político argentino con sus declaraciones en medios de comunicación. En varias ocasiones, ha usado la expresión «quiero que explote todo en Argentina», lo que ha levantado polémica y preocupaciones. Pareciera que le conviene que vuelva el desastre del año 2001, acaso Milei representa el 2001 en la Argentina, un 2001 que nos evoca a una historia que pensábamos que estaba curada y cicatrizada.

En 2001, Argentina enfrentó una de las peores crisis económicas y sociales de su historia. La combinación de deuda externa insostenible, fuga de capitales y políticas económicas erráticas culminó en el colapso financiero. La población, desesperada, protagonizó cacerolazos y protestas masivas. La situación llevó a la renuncia del presidente Fernando de la Rúa y a un período de inestabilidad política, con varios presidentes en pocos días. La paralización bancaria, conocida como «corralito», impidió a los ciudadanos acceder a sus ahorros. La crisis dejó un alto desempleo, pobreza y marcó profundamente a la sociedad argentina.

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